El surgimiento e instalación del positivismo jurídico en plena formación de los Estados latinoamericanos, en convergencia con el liberalismo político y el conservadurismo tradicionalista, ha marcado fuertemente las bases dogmáticas y codificadas de los sistemas jurídicos locales. Con el paso del tiempo, el derecho se ha ido estructurando como “ciencia del saber” sobre ficciones jurídicas de libertad individual, igualdad y racionalidad política, que forman un “contrato social” que sitúa al individuo como único creador del progreso ordenado. De este modo, el derecho se ha legitimado a sí mismo con una carta de presentación objetiva, autosuficiente, imparcial y universal, como si pudiera aplicarse de una manera uniforme en todas las personas y situaciones. 

Los aportes de las corrientes críticas de pensamiento social han permitido visibilizar al derecho como un campo y sistema de poder simbólico, que históricamente se ha aislado del resto de las ciencias sociales en pos de preservar su poder como vocero de “la verdad” (reproducción endogámica). Así, ha establecido barreras en los contornos de su propio campo de poder y disciplina, fomentando su autoabastecimiento sin necesidad de otras ciencias.

Observar al derecho desde otras disciplinas, como la sociología, filosofía, comunicación social, ciencia política, psicología y antropología, posibilita trascender sus fronteras y adquirir un enfoque más complejo, que revele sus relaciones con el resto de las áreas de conocimiento. Un enfoque que pueda brindar herramientas que vayan más allá del estudio codificado y permitan repensar al derecho en su integralidad y dependencia. Es decir, no sólo como un conjunto de normas que regulan conductas, sino como una fuente de poder que atraviesa realidades e influye en la construcción de modelos de sociedad y de sujetos. Por ello, como fuerza que determina quién es sujeto y quién no, debe ser constantemente revisada. Es necesario advertir las discriminaciones en la medida en que, muchas veces, conforman injusticias.  

Ante la urgencia de pensar el derecho al interior de un campo relacional de tensiones, organizamos las I Jornadas en Derecho, Justicia y Sociedad. Críticas y desafíos a 40 años de democracia. Las mismas se realizarán los días 9 y 10 de noviembre, en el Instituto de Estudios Sobre Derecho, Justicia y Sociedad (CONICET). Con esto, proponemos un espacio de reflexión y debate entre estudiantes, tesistas, docentes, becarixs, integrantes de equipos de investigación, miembrxs de organizaciones sociales y de instituciones públicas; con la intención de discutir al derecho desde su interior y exterior, en diálogo con otras áreas de estudio. De este modo, se abre la posibilidad de generar un encuentro interdisciplinario de conocimientos y saberes entre las Ciencias Sociales y Humanas, enriqueciendo estudios, enfoques y perspectivas críticas. En este marco, se dispondrá en cada mesa de un especialista que tendrá la tarea de vincular las ponencias propuestas dando un giro reflexivo hacia el derecho.

Cabe destacar que estas Jornadas tendrán lugar en un año muy especial para la historia argentina: se cumplen 40 años desde el regreso de la democracia. Es necesario remarcar la importancia de la democracia para el desarrollo de las Ciencias Sociales y Humanas, y para la libre discusión, reflexión y crítica. Esto nos da un puntapié para revisar el estado actual de las prácticas jurídicas y científicas, y su relación con las realidades sociales. Hoy, más que nunca, surge la necesidad de replantear los sentidos históricamente otorgados al derecho. Es imprescindible remarcar que, gracias al contexto democrático, podemos repensar las miradas y perspectivas para abordar teórica y prácticamente la construcción del derecho, los conflictos sociales, las desigualdades y las injusticias.

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